Uno de los elementos que captan inmediatamente la atención de los compradores en las ofertas de vivienda, además de la apariencia, es el precio del inmueble. Pero ¿Cómo saber cuánto vale mi casa? Esa es una pregunta que muy pocos propietarios pueden responder de manera objetiva.
Para ofrecer al público ese inmueble que deseas vender o rentar, necesitarás de un avalúo que determine su precio.
Un avalúo se puede solicitar con los siguientes propósitos:
El avalúo inmobiliario debe ser realizado por un perito autorizado por las diversas tesorerías estatales o catastros municipales donde se localiza el inmueble.
Asimismo, debe de contar con un registro ante la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), la cual regula la valuación de bienes inmuebles particulares.
A través del avalúo se obtienen tres tipos de valores de cotización de una vivienda:
Valor físico: cálculo de los materiales de construcción e instalaciones.
Valor comercial: toma en cuenta la zona y las propiedades aledañas al inmueble.
Valor de ingresos: establece el monto estimado a pagar por renta o compra del inmueble.
Para conocer los valores de operaciones y analizar la oferta y la demanda, se recopila información de bienes inmuebles comparables al que se está evaluando. Al llegar a un indicador comparable, se puede establecer un precio aproximado de compra. Este proceso también es conocido como homologación.